El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se comprometieron ayer lunes en París a promover juntos una agenda internacional ambiciosa y con una “visión progresista”, afirmaron, que defienda el multilateralismo, la lucha contra el cambio climático, el impulso de la inteligencia artificial y una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Ambos son líderes jóvenes y, a su manera, se sienten los herederos del hueco dejado por el estadounidense Barack Obama. Lo saben y no lo rehúyen. Es más, están dispuestos a explotarlo de manera conjunta.
“Convergencia” fue la palabra más usada por Macron tras su encuentro en el Elíseo, en la primera visita oficial de Trudeau a Francia.
“Tenemos el compromiso de luchar juntos en los desafíos comunes”, aseguró el anfitrión galo en una cita en la que no hubo más que sonrisas y sintonía entre los dos mandatarios que volverán a encontrarse muy pronto, cuando Macron realice una visita a Canadá previa a la cumbre del G7 que organiza Trudeau en junio y a la que “Francia dará todo su apoyo para que sea un éxito”, prometió el mandatario galo.
Trudeau se lo había puesto fácil. En vísperas de su llegada a París, había asegurado al diario Les Echos, y lo reiteró el lunes en el Elíseo, su “total alineación con Macron ante los grandes desafíos internacionales”.